Por: Rafael Martínez
En cada ocasión que hay elecciones, vemos llegar y desfilar a decenas de políticos o candidatos que ofrecen las “perlas de la virgen” con tal de ganar adeptos y poder obtener el poder, pero en muchas situaciones se dejan llevar por asesores o personas que piensan conocer el tema a perfección y que al final, resultan ser unos charlatanes.
Probablemente como ciudadano en ocasiones te sientas atraído por cierto politico o personaje, ya sea por que te identificas o hizo algo con lo que crees podría ser el candidato perfecto y por esa razón darle tu voto para que te represente en algún algún curul.
Por esa razón, les dejaré unos aspectos que muchos políticos deberían tomar en cuenta.
Si buscas una posición dentro de la política, te servirá mucho y sin duda te ahorrarás mucho dinero si aplicas al pie de la letras estos aspectos, y si eres un ciudadano, te servirá para identificar quien quiere jugar solo con tus sentimientos y prometerte cambiar el mundo
En esta primera parte, les dejaré los primeros 3 de 6 aspectos, por que aunque no lo crea, soy un simple ciudadano.
1. Aspectos políticos.– La imagen política debe ser ante todo, de liderazgo, pero de liderazgo de servicio. Un político debe ser una persona con tacto, sensibilidad y habilidad que cuide sus alianzas, sus vínculos con grupos u otros actores. Cuide sus compromisos, fije prioridades y actúe con miras a proyectos de largo alcance, ya que muchos caen presas del poder y se dejan llevar por falsas percepciones, en términos populares se marean en un ladrillo.
La imagen de un político debe ser la de una persona que atraiga a las masas, que proyecte seguridad y confianza en sí mismo, debe ser un negociador eficiente y saber conducir a los grupos, agregándolos en torno a su proyecto social.
En política hay reglas certeras, los enemigos son siempre reales y muy pocas veces se puede medir su fuerza. Los amigos son pocos; de hecho, muy escasos. Potencialmente, todos los aliados, no son tales hasta haberlo comprobado. Los intereses cambian, fluctúan y en política, muy frecuentemente los intereses suelen imponerse sobre los valores. Si usted puede interpretar esto adecuadamente o tenerlo en mente siempre, prevalecerá en la competencia política, si no, corre el riesgo de durar poco en este ámbito.
2. Aspectos hieráticos.- Los valores que la sociedad debe percibir en un político como parte de su imagen están relacionados en primer lugar con la confianza y la credibilidad. La verdad, la honestidad y la integridad deben formar parte de su reputación y prestigio. Se debe ser el primero en respetar y exigir el respeto de la ley, las normas y las autoridades.
La imagen política se proyecta también de acuerdo a las instituciones sociales como la familia, la unidad social y las formas culturales, costumbres y creencias de las regiones y localidades.
3. Aspectos psicológicos.– Las masas populares reaccionan mejor a los estímulos de fácil asimilación que los políticos les envían. De tal forma que la imagen política debe conectarse a formas de percepción ligadas a la emotividad de las mayorías.
De un político es importante cuidar que su aspecto y su manejo en los medios de comunicación le proyecten como un ser humano sensible, con carisma y también con una gran capacidad de autocontrol, ya que ello le permitirá ser percibido como una persona equilibrada, moderada, imparcial y objetiva.
El político actual debe ser un comunicador muy efectivo, un motivador que se convierte en el difusor central de las emociones, como un nuevo predicador debe contagiar a sus seguidores, debe alentarlos y debe de orientarlos, por lo tanto debe ser una persona extrovertida, adaptable, flexible, empática, optimista y asertiva.
En cada saludo, abrazo o contacto que una candidata o candidato tengan con sus electores debe expresarse su calidez, su fuerza, en definitiva, la gente debe desear verlo, oírlo, estrechar su mano, abrazarlo, tocarlo, sentirlo para percibirlo. Este deseo es un buen parámetro de medición para saber si nuestra estrategia de imagen está funcionando adecuadamente.
Si quiere tener éxito en política debe aprender a soportar la crítica, el chisme y la intriga y todos los comentarios negativos que sus adversarios depositarán en su persona, en la de sus amigos y en la de su propia familia. Es un talento el manejar el humor sin convertirse en un patito o comediante de tercera, no caiga en el falso juego de querer ganar simpatías haciendo el ridículo, más que nada muéstrese seguro, confiable, agradable, sencillo y cordial.